miércoles, 12 de febrero de 2020
Historia del peinado
Historia
El uso de los cabellos largos se remonta a la mayor antigüedad. Los profetas de Israel jamás se cortaban sus cabellos ni su barba y los pintores y escultores nos representaban a Jesucristo con luenga cabellera. Los asirios, los persas, los galos, los etruscos, los samnitas, los iberos y todos los pueblos de Europa que no eran griegos ni romanos se dejaban crecer el cabello.1Los judíos no se lo cortaban sino en los lutos públicos o particulares y aun lo consideraban como una pena infamante con la cual castigaban a ciertos criminales. Este castigo se impuso después por los bramas y mucho más adelante por los bárbaros del Norte a los culpables de ciertos delitos. Los vikingos, pueblo bárbaro en el norte de Europa, marcaron algunas tendencias de moda en la que adoptaron peinados de larga y rubia cabellera con trenzas como símbolo de hombría. Los antiguos griegos eran representados con largas y rizadas cabelleras pero los de los tiempos heroicos o semi-heroicos, si se exceptúan los lacedemonios, llevaban los cabellos cortos: así es como nos representaban a Hércules, Teseo, Héctor, Aquiles, Orestes y otros.1
En Asia se usaron los cabellos largos hasta la introducción del mahometismo y aun los reyes de Persia se dice que llevaban cabelleras postizas. Los romanos en tiempo de la república se cortaban muy a menudo el cabello, mas bajo el dominio de los emperadores y especialmente desde Otón y Domiciano, ya los usaron más largos, rizados y perfumados según la moda asiática. Desde mucho antes se ponían también cabelleras postizas, porque Ovidio, Marcial y Juvenal se burlaban en muchos pasajes de sus obras de los romanos de ambos sexos que hacían uso de los postizos.
La cabellera rubia era señal de grande honor entre los antiguos. Por eso representaban con ella preferentemente a Baco, Apolo, Edipo, Jasón y otros dioses y héroes del gentilismo. Tácito nos dice que los jefes de los antiguos germanos llevaban luengas cabelleras como los judíos no imitaban generalmente a los egipcios ni a los romanos, resultaron en los primeros tiempos del cristianismo no pocas controversias de esta diferencia de costumbres. De ahí provino que mientras San Pablo condenaba los cabellos largos y San Clemente de Alejandría aconsejaba que se usasen siempre muy cortos, Lactancio, San Ambrosio y muchos otros elogiaban la cabellera luenga como un adorno conveniente a los ancianos y a los sacerdotes.1
Posteriormente se han usado en todos los pueblos de Europa ya largos, ya cortos, según el gusto dominante o el capricho de sus dominadores. Respecto de España, sus primeros moradores usaban los cabellos largos y este uso continuó durante la dominación cartaginesa. Después hubieron de seguir los españoles el uso impuesto por los romanos a los pueblos sometidos a la ciudad eterna. Cuando la invasión de los bárbaros, volvieron a usarse largos y entre los godos se tenían como señal de distinción: tanto era así que los juramentos más obligatorios y solemnes se hacían por el cabello y era una pena infamante cortársele a un noble. Ordinariamente este era el castigo de los reyes y príncipes destronados al que se seguía la reclusión en un claustro.1
Los eclesiásticos se afeitaban la cabeza y hacían grandes esfuerzos para que todos siguiesen la costumbre de llevar los cabellos cortos. El canon 67 del concilio celebrado en Iliberis el año 335, prohibía a las mujeres y a los catecúmenos conservar en su servicio a hombres de largos cabellos y esclavos peinadores bajo pena de excomunión. San Isidoro de Sevilla que vivía por los años 600 de nuestra era, consideraba también como hipócritas a los que dejaban crecer sus cabellos. Durante la dominación de los moros, los españoles refugiados en Asturias también usaban el cabello largo y continuó esta costumbre con muy leves excepciones por todo el largo tiempo que duró la reconquista. Carlos I, Felipe II y Felipe III se ven ya representados con el cabello corto, mas desde el tiempo de Felipe IV volvieron los españoles a usar el cabello largo en diversas formas y en algunas épocas enormes pelucas que les caían sobre los hombros y espalda. Posteriormente se trenzaban el cabello por la parte de atrás, rizándose el del anterior y empolvando de blanco la cabeza. Llamaban a este adorno ala de pichón y coleta.
También se han usado redecillas y bolsas dentro de las cuales se encerraba el cabello. Pero a consecuencia de la invasión francesa en el año 1808, se generalizó el uso del cabello corto
Tipos de peinados para hombres
Pinados para hombres
A pesar de que los hombres en mayoría tienen el cabello corto, se pueden hacer peinados muy originales y acorde a las características de su rostro que pueden embellecerlos. Existen muchas opciones de peinados los cuales están ligados con el recorte del mismo. Estos pinados se logran ajustar a cada estilo del hombre.
Tipos de peinados de hombres
Peinado Undercut
Para realizarlo se debe de cortar el cabello en tres formas distintas, la primera es en la zona del costado, donde se ha de rapar muy bien, luego se rapa dejando más cabello en la zona de la nuca, y por último se deja una cantidad mayor de cabello en la zona superior de la cabeza. Si el pelo es largo se ha de aplicar gel para evitar que se despeine.
Peinado con tupe
Es el tipo de peinado que deba el área superior de la cabeza con mucho más cabello, creando así un tupe. Este se puede hacer con el cabello raspado en los costados.
Peinado con crespa
Este deja el cabello un poco raspado en los costados y largo en la zona superior de la cabeza, donde el largo mayor se encuentra en la parte de inicio de la cabellera, lo cual se muestra como una crespa. Este siempre lleva gel, que da forma y evita que se arruine el peinado.
Peinado con raya al costado
Da cierto aire de elegancia a los hombres, ya que es un peinado tipo casual y formal. Para realizarlo solo se hace una línea en uno de los costados y se peina la cabellera para un solo lado.
Consejos para hombres con cabello fino
¿Por qué se produce?
En nuestra genética existe un patrón que define nuestras características capilares como son el color, el grosor y la estructura de nuestro cabello. Pero en él también influyen infinidad de factores como el envejecimiento, el estrés, la anemia, los cambios hormonales y la alimentación. Nuestro pelo también sufre la agresión de factores externos como el frío, la humedad, el aire acondicionado, el calor de secadores de pelo y planchas, decoloraciones y tintes. La suma de todos estos factores puede condicionarte a tener un cabello fino y débil.
Vida sana, la alimentación cuenta
Para combatir la fragilidad del cabello la nutrición juega un papel fundamental. Se recomienda llevar una vida saludable comiendo sano y haciendo ejercicio pues está comprobado que hay relación entre la alopecia androgénica y la enfermedad cardiovascular. Además de que mantener un estilo de vida adecuado nos evitará muchos problemas futuros en muchos aspectos de nuestra vida.
Esta vida sana puede complementarse con suplementos dietéticos orales a base de vitaminas y minerales, proteínas y aminoácidos para que el cabello esté sano tanto por dentro como por fuera. También en la actualidad podemos contar con varios tratamientos farmacológicos orales y tópicos que aunque no recuperen el pelo perdido pueden ayudar a fortalecerlo.
Pequeños pasos que hacen mucho
Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para tu cabello fino. Con la suma de estos pequeños tips se lo pondrás más fácil a tu cabello fino para que se porte bien.
- La elección del champú y la frecuencia de lavado. Cuando tienes el cabello fino no cualquier producto vale, es preciso o un champú específico para este tipo de pelo o un champú que confiera volumen y textura. Por lo general el cabello fino también suele ser el más graso, ya que se ensucia con más rapidez, aunque esto depende un poco más de cada uno, necesita más frecuencia de lavado. Si no quieres lavarte el pelo tan a menudo pero lo tienes un poco graso puedes tirar de sprays de champú seco. Te apaña el pelo en un momento y encima te aportará volumen extra.
- El tipo de cepillo o de peine que utilizas influye mucho. Los cepillos, por norma general, apelmazan más tu cabello lo que hace del peine una opción más conveniente ya que al tener mucho más espacio entre sus púas aplasta menos el pelo y permite conservar el volumen. Si preferimos cepillos, podemos recurrir por ejemplo a los cepillos de rodillo que confieren más volumen al pelo durante el peinado. Otra cosa a tener en cuenta es que debemos evitar cepillarnos el pelo húmedo, ya que está más vulnerable al daño en ese momento y que en caso de hacerlo es más conveniente hacerlo con un peine.
- Proteger del frío y del calor. Como os comentábamos al principio del artículo, hay un montón de agresores externos entre ellos el calor. Protege tu pelo de este factor, en el mercado puedes encontrar un gran abanico de productos específicos para esta misión. En el caso de los cabellos finos recomendamos los de tipo pulverizador ya que son los más ligeros. Y sécate el pelo con la cabeza hacia abajo, con este pequeño truco evitarás que las raíces se apelmacen y conseguirás más volumen.
El paso estético más importante
En el párrafo anterior hemos incidido en truquitos que ayudarán al cabello fino a estar más protegido para que no se apelmace y que no pierda volumen. Pero el punto final y más directo para evitar que nuestro cabello se vea fino recaerá sobre nuestro corte de pelo y nuestro peinado.
El corte de pelo es un paso clave con el que puedes ganar o perder muchísimo volumen. Así que es importante ponerse en manos de un buen profesional que nos ayude y nos aconseje un corte que dote a nuestro pelo de movimiento y volumen sin restarle densidad. En cualquier caso te damos algunas ideas.
Pompadour
Un buen flequillo donde la zona superior tenga una diferencia muy notable con los laterales es una de las mejores alternativas en peinados para cabello fino.
Degradado
El degradado en los laterales y un cabello relativamente corto arriba logra un efecto visual que suele quedar realmente bien en personas de cabello fino o poco volumen.
Rapado o muy muy corto
Con el cabello muy corto o rapado simplemente no habría forma de saber si tienes el cabello fino o no, la apariencia con este estilo es para todos los hombres similar.
Desenfadado o tipo «recién levantado»
Es uno de los mejores estilos, al no posicionar todo el cabello de una forma concreta, los mechones colocados de forma desenfadada logran un efecto de mayor volumen y densidad.
Eligiendo el fijador adecuado
El fijador usado será clave para lograr el mejor de los resultados en el estilo escogido, una pomada siempre tiende a crear mechones muy definidos, esto inevitablemente causará una apariencia de menor volumen, grosor y cantidad de cabello, por lo que recuerda que cuando se trata de cabello fino, menos siempre es más. Conviene usar menos cantidad de todo, ya que echar mucho producto (sea cual sea) siempre desembocará en una perdida de volumen y mayor apelmazamiento del cabello.
Si prefieres los estilos mates o semi-mates, lo ideal en este caso es optar por una cera o polvo fijador, estos otorgan volumen al cabello, dan una apariencia natural y crean textura sin apelmazar.
También recuerda que puedes conseguir aún más volumen dominando el uso del secador.
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